domingo, 23 de agosto de 2015

" QUIEN ES TU PROJIMO "

Una joven llamada Maria, asistía regularmente a reuniones de oración en su iglesia. Pero había algo que ella le faltaba y que quizás nos falta a muchos. El amor por nuestro prójimo. Mientras tomaba las llaves de su auto, sonó el timbre. La vecina amablemente le dijo:Lamento molestarte ¿estás ocupada? María iba a explicarle que tenía que salir, cuando la vecina agregó: Tengo que llevar el auto al taller. Por lo general, vuelvo caminando o en bicicleta, pero me lastimé la espalda y, por el momento, no puedo hacerlo.  María dudó un instante y, luego, sonriendo, dijo: No hay problema, te llevaré.
Aunque solo la conocía de vista, mientras la llevaba a su casa, se enteró de que el esposo padecía de demencia senil, y del tremendo agotamiento que genera cuidar a alguien así. María la escuchó, se compadeció, prometió orar por ella y se ofreció a ayudarla en todo lo que pudiera.
Aquel día, María no fue a la iglesia a hablar sobre cómo compartir su fe, pero sí pudo transmitirle un poco del amor de Cristo a su vecina, la cual estaba atravesando una situación difícil. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. LUCAS 10:36-37.

" ES NECESARIO ORAR "

¿Por qué orar? Encontramos la respuesta en Jesús. Él mostró una vida de oración incesante, manteniéndose firme en ella a pesar de las circunstancias a las que se vio expuesto. Jesús, ganó muchas batallas y todo fue porque no se apartó de la presencia de Dios. A veces no entendemos la necesidad de orar. Que apartemos un tiempo todos los días y subamos a nuestro lugar de oración predilecto a recibir las enseñanzas de nuestro Padre Todos los evangelios relatan la vida de oración de Cristo estableciendo esto: La batalla se gana cuando hay incienso de oración que suba a la  Presencia de Dios, porque el que ora respaldo del cielo alcanza.
Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.
(SAN LUCAS 6: 12).